Señor, no puedo hacerla

Señor, no puedo hacerla
Señor, tu voluntad es correcta y buena;
Siempre la he querido en práctica poner,
Buscando aquella vida, de alegría llena,
Pero, Dios mío, ¡esto es difícil de hacer!

¿Entiendes tú? Mi trabajo es tan exigente
Que no tengo el tiempo para lo espiritual.
Pero, no es que yo no quiero ser diligente
En todo lo que determina mi destino eternal.

Es menester que yo goce de una vida social;
Y no puedo vivir siempre como un “santito”,
Pues, al fin y al cabo, soy un sencillo mortal
Que disfruta esta vida sólo por un momentito.

Un día, cuando tal vez haya más oportunidad,
Yo tenga toda la intención de aprovecharla;
Alegre, viviré conforme a tu divina voluntad,
Pero ahora, Señor, es que yo no puedo hacerla.

Eclesiastés 12:1
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.

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