Aprendiendo de las Arañas


Aquella mañana nos despertamos al sonido de una recia lluvia acompañada de un fuerte viento. Al correr la cortina para echar un vistazo hacia afuera, yo descubrí que una hermosa araña negra y amarilla había tejido su telaraña afuera del marco de la ventana. La observe por un instante. Ella parecía indiferente a la tormenta. Parecía quieta mientras se aferraba a su telaraña oscilante.
Cuando hubo una calma en el viento, la araña comenzó a reparar y a agrandar su telaraña. Cuando el viento empezó de nuevo, dejó de trabajar y volvió a aferrarse a su telaraña.
Aprendamos, pues, una lección de esta débil criatura. Nosotros también nos aferramos a la débil telaraña de la vida y a veces nos sentimos acosados por las tempestades, las pruebas y el desaliento. Aveces parece como si la tormenta fuera a destruirnos.
En lugar de permitir que nuestros corazones se llenen de temor y desesperación, pongamos nuestra mirada en nuestro padre celestial y confiemos en él con la confianza de un niño. Confiemos que él en su soberanía sabe lo que más nos conviene a nosotros y esperemos pacientemente a que pase la tormenta. Luego podemos continuar nuestro trabajo tranquilamente, según Dios dirija.
Señor, tú sabes lo que más nos conviene. Enséñanos a aceptar cualquier cosa que tú nos mandes. Ayúdanos a no permitir que las circunstancias nos destruyan, sino más bien ayúdanos a confiar en tu promesa que tú estarás con nosotros hasta el fin.
¡Dios está al mando!
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas Ayuda para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. -Romanos 8:28

Extralimitarse


Al buscar la definición de esta palabra, aparecen dos acepciones: una es excederse en el uso de facultades o atribuciones; y la otra es abusar de la benevolencia ajena.  En lenguaje simple y llano, por aquí decimos “Le dieron una mano y se tomó el brazo entero”.  Es similar a decir que, por el mal uso de las cosas, lo bueno puede convertirse en malo.

Al respecto de las extralimitaciones, extremos y “malos usos” de las cosas, habilidades, emociones y/o sentimientos, encontré este pequeño listado en un libro devocionario llamado “Diariamente en Cristo”:

·         El descanso físico se vuelve pereza

·         La capacidad de ganancia se vuelve avaricia y ambición usurera

·         El disfrute de la vida se vuelve intemperancia

·         El placer físico se vuelve sensualidad

·         El interés por las posesiones del prójimo se vuelve avaricia

·         El disfrute de la comida se vuelve glotonería

·         El cuidado de uno mismo se vuelve egoísmo

·         El respeto a uno mismo se vuelve soberbia

·         La comunicación se vuelve chisme

·         La cautela se vuelve descreimiento

·         La rabia se vuelve ira y mal carácter

·         La benignidad se vuelve sobreprotección

·         El juicio se vuelve crítica

·         La libertad sexual se vuelve inmoralidad

·         La conciencia se vuelve perfeccionismo

·         La generosidad se vuelve derroche

·         La protección de uno mismo se vuelve deshonestidad

·         El cuidado se vuelve miedo

En otras palabras, cuando abusamos de las cosas, las bendiciones y dones pueden convertirse en maldición; por lo que debemos ser prudentes y sabios en todo cuanto manejamos o somos.

Proverbios 24:3

Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará