Detrás del miedo


Si es verdad que el miedo nos protege de hacer cosas que pudieran ser peligrosas o dañinas, muchas veces detrás del miedo nos escondemos para limitar nuestro crecimiento. Al respecto, recientemente leí la siguiente frase, atribuida a Tom Wright: “La persona que siempre has debido ser, está esperando por ti justo del otro lado de las cosas que temes”.

Aunque la regla del éxito personal según el Sr. Wright no es infalible, debemos reconocer que muchas veces el miedo al fracaso nos impide alcanzar grandes cosas. Por ejemplo, me pregunto si antes de que los hermanos Wright (no relación con Tom) se arriesgaran con los modelos de avión que construyeron, algunos quisieron desarrollar la idea pero, por temor a “no llegar a contar” su intento, dejaron sus planos engavetados, y vieron cómo otros triunfaron con algo que ellos pudieron haber logrado.

Si ya has calculado el riesgo de esa gran idea, proyecto personal o empresarial, ya has evaluado el costo-beneficio de desarrollarla, ¿qué te impide arrancar? ¿Tiempo, disposición, o el temor al fracaso?  En el mismo orden, si has evaluado los múltiples beneficios y ventajas de seguir el ejemplo e instrucciones que Jesús dejó para la humanidad, ¿te escondes detrás del miedo del “qué dirán” de tus amigos y familiares para no seguir sus pasos?

En la vida profesional, personal y espiritual, llegamos a perder mucho (o todo) porque nuestros temores son más grandes que la certeza de los beneficios a alcanzar.

Filipenses 3:13-14
[…] una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.