El centro del universo

El centro del universe

El sol es una estrella que se encuentra al medio de nuestro sistema solar. Su energía es pura radiación electromagnética producida por constantes explosiones atómicas de sus componentes principales, el hidrógeno y el helio. Ambos gases se fusionan en el núcleo haciendo que busquen puntos de fuga detonando como energía en todas direcciones.
Esa energía es la que llega a nuestro planeta en forma de luz solar, sustentando a casi todas las formas de vida en la tierra a través de la fotosíntesis.

Aunque hoy en día está comprobado que el sol es el centro de nuestro sistema solar y los planetas son los que giran alrededor del mismo, la humanidad tardó mucho tiempo en descubrirlo y mucho más en aceptarlo.
La idea de que la tierra gira alrededor del sol fue propuesta desde el siglo III a.C. por Aristarco de Samos, pero nunca recibió atención por su teoría.

No fue sino hasta el siglo XVI cuando el matemático y astrónomo polaco, Nicolás Copérnico,  postuló la idea que el sol era el centro del sistema solar. Esto marcó el inicio de lo que se conoce como la historia de la ciencia moderna. En el siglo siguiente, Johannes Kepler extendió este modelo para incluir órbitas a los planetas y a algunos satélites. Su trabajo se apoyó en observaciones hechas con el telescopio de Galileo Galilei.

Hoy en día no cabe la menor duda: Es la tierra que gira al redor del sol y no al revés  ¿Te sorprende que la humanidad haya tardado 16 siglos y más, en descubrirlo y aceptarlo?  

En la vida espiritual, el hombre muchas veces olvida que todo gira alrededor de Dios y no alrededor de sí mismo.
Así como el planeta necesita los rayos del sol cayendo sobre la tierra, sustentándola, nosotros necesitamos recibir todas las bendiciones que Dios nos puede dar a través de su sola presencia.

Comprender que el sol es el centro del sistema solar ayudó a lo científicos a entender mejor la naturaleza de la creación y verla en su forma real. Hacer a Dios el centro de nuestra vida hará que comprendamos mejor su amor, descubramos su voluntad y podamos conocerlo en una forma personal.

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;  amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días…” Deuteronomio 30:19-20 Reina-Valera 1960.
Deja de buscar que Dios sólo cumpla tus deseos, ajusta tu vida y conviértelo en el centro de tu existencia.

No entiendo cómo pasó!




Buen dia... Aqui esta cafecito

Miriam presentaba dolores en el estómago de manera consecuente, muchas veces se le recomendó que vaya al hospital a realizarse el respectivo tratamiento, pero lamentablemente ella continuó postergando la visita al doctor. Llegó un día en el que el dolor era demasiado fuerte y no pudieron salvarla. Ella había sido advertida, pero se dejó arrastrar por la negligencia y se descuidó al no hacer nada al respecto, hasta que ya fue demasiado tarde
.
 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?...” Hebreos 2:1-3

La negligencia es un gran peligro en cualquier área de la vida. La Biblia dice que “atendamos con diligencia lo que hemos oído” nos pide que tomemos en serio la palabra de Dios, con diligencia que significa “esmero y eficacia”. Lo peor es oír el mensaje del evangelio y no hacer nada al respecto, es infinitamente más trágico.

¿Qué debo hacer para perder mi alma? Nada, sólo ser negligente y dejarte deslizar.
El deslizarse es un proceso lento y progresivo. Entrar en una relación con Jesucristo y luego volver hacia la vida anterior, no de un día para otro, sino después de pasar por un tiempo de actitudes negligentes y decisiones equivocadas frente a la palabra de Dios.

La persona que se está deslizando se autoengaña en creer que su pecado  no es tan serio como para perderse. Es posible que estés consintiendo algo que poco a poco te está alejando de Dios, cediendo a deseos y tomando decisiones negligentes. No te creas firme y sé radical con el pecado.

Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia. Hebreos 12: 1
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 1 Corintios 10:12

Vive a Plenitud... No seas Negligente Hoy

A solas

Empezar un año nuevo es emocionante, ya que tenemos mucho ánimo para emprender nuevas metas, sueños, desafíos, etc. pero ¿qué garantía tenemos de efectuar y tener buenos resultados? Claro que la disciplina, la perseverancia y el esfuerzo son ingredientes indispensables para ello, sin embargo sólo hay algo antes que todo el empeño que podamos poner, esto es la presencia de Dios.

Si alcanzamos el éxito en nuestra empresa y Él no está presente, el espejismo podría derrumbarse ante cualquier desierto que pasemos, pero si Dios está primero seguro que ese éxito pasará de generación en generación pese a las dificultades. Lo propio ocurriría con nuestras familias o incluso en el ministerio que desarrollamos en nuestra iglesia.

Moisés estaba convencido que sin la presencia de Dios en su vida, era inútil que él intentara cualquier cosa, es por eso que dijo a Jehová: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” Éxodo 33:15

A solas con Dios obtendremos guía, fortaleza, sabiduría, inteligencia, sanidad, y muchas bendiciones más, por eso vale la pena que entre las nuevas metas que nos propongamos para este año esté presente y como prioridad tener tiempo a solas con Él, donde podamos expresar las luchas diarias, desafíos, tristezas y decisiones, además de recibir dirección, guía y fortaleza.

Asegúrate de poner a Dios en primer lugar para que tengas la garantía que las metas que trazaste, bajo la dirección del Señor, tengan cumplimiento con plena certeza.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:5-8