Como la leche


En todas partes del mundo existen frases, refranes y dichos que la población utiliza para decir ciertas verdades.  Uno de los tantos refranes que se dicen en mi país es “El corazón de la auyama sólo lo conoce el cuchillo”, que se utiliza para inferir que la realidad de las cosas no solamente está en las apariencias, o que nadie llega a conocer en su totalidad a otra persona hasta que no la trata en su momento más oscuro.
 Una expresión con connotación similar la escuché en el fin de semana pasado: “Algunos matrimonios son como la leche: por la nata parece fría, pero el líquido está hirviendo”.  Aunque la expresión se dijo en el contexto del matrimonio, por experiencia sé que se aplica a casi todas las sociedades u organizaciones, desde el seno familiar hasta la más encumbrada empresa, y hasta país: por fuera se ven deseables, felices y contentos, pero por dentro se llevan como un huracán categoría 5+.
 En un mundo ideal (casi utópico), las apariencias no engañan; lo que se dice es lo que se practica; todas las promesas y compromisos son honrados; la honestidad es una regla, no una excepción; la carga de trabajo se equilibra entre grandes y pequeños; en las sociedades, iniciando en los matrimonios, “la leche se siente tal como parece”. Sin embargo, ya sabrás que no es así. Por tanto, el compromiso empieza en casa; la responsabilidad empieza contigo y conmigo: “lavemos los trapos sucios de casa”, luego veremos cómo contagiamos al resto.
 2 Corintios 13:11
Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.

León de Judá


No llores. "He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido.." Apocalipsis 5:5
Los leones que se paseaban por la reserva de animales Masai Mara, en Kenia, parecían inofensivos. Se revolcaban sobre pequeños arbustos; se refregaban la cara contra las ramas como si estuvieran tratando de peinar sus magníficas melenas; bebían tranquilamente de un arroyo; caminaban sin prisa por el terreno seco y lleno de matorrales como si tuvieran todo el tiempo del mundo. El único momento en que les vi los dientes fue cuando uno de ellos bostezó.
Sin embargo, ese aspecto sereno es engañoso. La razón por la cual pueden estar tan relajados es que no tienen nada de qué temer, ni escasez de comida, ni depredadores naturales, los leones parecen perezosos e indiferentes, pero son los animales más fuertes y feroces que existen, con un solo rugido, hacen que todos los demás huyan para protegerse.
A veces en la vida, parece que Dios estuviera paseando o ausente; cuando no lo vemos actuar, llegamos a la conclusión que no está haciendo nada. Oímos que la gente se burla de Él y dice que no existe y ansiosamente nos preguntamos por qué no se defiende. Pero a Dios "no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos. Isaías 31:4". No tiene nada que temer, con un solo rugido, hace que sus detractores se dispersen como ratas.
Durante este nuevo año se presentarán muchas situaciones difíciles, en las cuales perdemos el control o nos desesperamos.  Pero si te preguntas por qué Dios no está ansioso y tu sí, se debe a que Él tiene todo bajo control, Jesucristo, el León de Judá, triunfará.
Como Dios tiene el control, no tenemos nada que temer.

“Lo que no se exhibe…”



“Lo que no se exhibe, no se vende”, recordaba recientemente la frase que hace unos años recibí, en respuesta a la interrogante que hiciera en un grupo de estudio: “¿Por qué algunas féminas tienen la necesidad de mostrar ‘lo que Dios les dio’ al mundo?”.  Ya te imaginarás la discusión que se “armó” entre tres con educación espiritual y/o religiosa, cuatro que no creían en religiones, y un ateo “a morir”.

Recordaba la pregunta porque noto que, con educación espiritual y/o religiosa o no, cada día el “dejar a la imaginación” ha ido desapareciendo en la forma de vestir, tanto de hombres como mujeres. Cuando no son faldas tan cortas que mi pañuelo tiene más tela que estas, es ropa tan ceñida que pareciera que hay que quitarla con espátula, o prendas transparentes como agua de manantial.  Lo interesante del caso es que siempre encuentran justificación para ello, como por ejemplo, “cada vestimenta en su espacio” o “lo que importa es lo que hay en el corazón”.

Me pregunto, dado que las palabras (y sus usos) han sido “modificadas” a través de los años, ¿cómo se traduce hoy la expresión “casta y respetuosamente”? (1 Pedro 3:2).  También me pregunto, si aseguramos y expresamos que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, ¿asimilará Dios el tema de la “moda” y “actualización”, y “ajustará” con el tiempo el significado de la expresión indicada?  No solamente en el vestir, sino también en cada aspecto de nuestro andar.

Evaluémonos seriamente, a ver si la moda y la “actualidad” se han llevado la moral, la decencia, el respeto al prójimo, y los valores que Dios nos dejó plasmados en Su Palabra.

Efesios 5:8 ; Romanos 13:14

[…] andad como hijos de luz ; vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.