Hoy...Confirmo que vivere para siempre

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Juan 11:26.
Sí, Señor, lo creemos: no moriremos jamás.

Nuestra alma podrá ser separada de nuestro cuerpo, lo cual en cierto sentido constituye la muerte; pero nuestra alma nunca podrá ser separada de Dios; ésta sería la verdadera muerte que es el salario del pecado, y esta pena de muerte sería lo peor que pudiera acontecernos.
Lo creemos sin la menor duda, porque ¿quién nos apartará del amor de Dios que es Cristo Jesús, Señor nuestro?
Somos miembros del cuerpo de Cristo, ¿perderá Jesús alguno de sus miembros? Estamos unidos a Jesús, ¿podrá perdernos?
De ninguna manera.
Dentro de nosotros hay una vida que no puede ser separada de Dios: porque el Espíritu Santo habita en nosotros, y con Él, ¿cómo podemos morir?
Jesús mismo es nuestra vida; por tanto, no podemos morir, porque Él ya no puede morir.
En Él estamos muertos al pecado una vez, y la sentencia de muerte no puede ser ejecutada nuevamente.
Ahora vivimos y vivimos para siempre.
El salario de la justicia es la vida eterna, y tenemos la misma justicia de Dios; por consiguiente, podemos reclamar la recompensa más alta.
Viviendo y creyendo hoy, creemos que viviremos y gozaremos de este bien.
Por lo tanto, vayamos adelante con la firme confianza de que nuestra vida está asegurada en la de nuestro Jefe y Cabeza, Jesucristo.
Hoy la seguridad de la eternidad se hace cada vez más palpable. Porque él Vive, Nosotros también viviremos.
Señor, Quiero serte fiel ya que me has salvado del efecto del pecado acá y nos asegurado la eternidad.

El sueño de Dios es una FAMILIA unida en amor


El sueño de Dios es una FAMILIA unida en amor, para siempre.
El sueño de Dios cuando creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza y les dio la capacidad de reproducirse en la misma especie, queda absolutamente claro: EL quería tener una familia, una gran familia alrededor de todo el mundo.
Igualmente una familia comienza por medio del matrimonio de un hombre y una mujer, y comienza con un sueño: el sueño de amar y ser amado, de vivir una vida juntos, trabajar, tener hijos, disfrutar de todas las cosas buenas de la vida, enfrentar las circunstancias de la vida juntos y terminar viejitos amándose y felices.
Este es el sueño de Dios y es también el sueño de las parejas al comenzar la relación. Pero lamentablemente a-través de la vida, este sueño enfrenta muchos obstáculos y muchos se desaniman, no saben como superar los obstáculos, y pierden el sueño. Se dan por vencidos en algún momento de la vida del matrimonio. Y la principal razón por la que se dan por vencidos y abandonan el sueño que un día los unió, es porque no saben como manejar los conflictos, no buscan ayuda adecuada a tiempo y se desesperan.
Gen 1:27-28: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra
Como es un sueño primeramente de Dios, EL estableció las reglas sobre las cuales debe funcionar. Y quienes siguen las instrucciones de Dios, alcanzan un matrimonio saludable y una familia estable y feliz. Es una rebeldía tratar de manejar el matrimonio a la manera de cada quién. Dios ya dejó escrito lo que funciona y como funciona. EL nos diseñó y EL sabe perfectamente como funcionamos. Por lo tanto si queremos que nuestros matrimonios funcionen, tenemos que hacerlo a la manera de Dios!
Como todo sueño, para que se haga realidad, debe de tener una Visión, una Misión. La Visión la aporta Dios como diseñador y creador de la raza humana. La misión la desarrollamos cada pareja, siguiendo la visión de Dios y con una importante cuota de Trabajo, Esfuerzo, Capacitación y una Actitud sabia y correcta.
Todo sueño pasa pruebas. Y tenemos que entender que esto es normal. Y tenemos que entender sobre todo que en los tiempos de pruebas es cuando más debemos unirnos los esposos, orando juntos, asistiendo a la Iglesia regularmente, buscando la ayuda correcta en el momento oportuno.
Nunca permitas que nada ni nadie te robe tu más preciado sueño: tener una familia saludable. No permitas que el orgullo y el egoísmo te roben el sueño de disfrutar de una familia estable. Nunca permitas que el enojo y el resentimiento destruyan tu sueño más preciado. No dejes que el pasado destruya este sueño familiar!
Si has perdido fuerzas para luchar por tu matrimonio, hoy te exhortamos a que no te rindas jamás. Nunca abandones el sueño de Dios y tu sueño de tener una familia saludable. Si has flaqueado, levántate hoy con nuevas fuerzas, clama al Señor por fortaleza y sabiduría y trabaja fuerte por la sanidad y restauración total de tu matrimonio y tu familia. Luego pídele perdón a tu cónyuge por haber considerado la opción del rompimiento como una opción normal. Oren juntos y tomen la decisión de luchar por su matrimonio con las fuerzas y las herramientas del Señor. Y oren para que este sueño de Dios impacte sus vidas.

El Perro Fiel


El Perro Fiel
Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudo tener hijos.

Para no sentirse tan solos compraron un cachorro Pastor Alemán, el cual criaron como si fuera su propio hijo.

El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso Pastor Alemán. El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por los ladrones. Siempre era un perro fiel a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de 7 años de tener al perro, la pareja logró tener al hijo tan ansiado, la pareja estaba tan contenta con su nuevo hijo que disminuyeron las atenciones que tenían para con el perro. Éste se sintió relegado y comenzó a tener celos del bebé. Gruñía cuando sus dueños paseaban al bebé y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante 7 años.

Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna, mientras preparaban una carne en la terraza, cual no sería su sorpresa, cuando al dirigirse al cuarto del bebé, ven al perro con la boca ensangrentada moviendo la cola.

El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma y en el acto mató al perro. Corrieron al cuarto del bebé y con gran asombro lo encontraron tranquilamente durmiendo. En la parte debajo de la cuna del bebé encontraron una serpiente degollada.

El dueño lloró amargamente lamentándose: "He matado a mi perro fiel".

Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las personas. Lo que es peor, las juzgamos y las condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos.

Muchos amigos fieles hemos "matado" por no aclarar una situación, muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario. La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien recordaremos La Historia del Perro Fiel.

No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. Levítico 19:15.

¿Me van a juzgar por mis palabras,sin ver que provienen de un desesperado? Job 6:26.

No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo? Santiago 4:12.