Una característica o cualidad del carácter cristiano es la integridad. ¿Qué es ser íntegro?
La integridad referida a las personas indica a aquel que es recto, probo, intachable, honrado, virtuoso, honesto, decente, inflexible, cabal. La Biblia usa también el término irreprensible como cualidad necesaria para ser anciano o líder de la Iglesia (1ªTi. 3:2).
Es la capacidad de hacer y cumplir compromisos con nosotros mismos, ser fieles a lo que decimos o proclamamos ser. Cuando nos bautizamos hicimos el compromiso de seguir a Cristo, seguir a Cristo es ser su discípulo, cumpliendo y haciendo todo lo que el Gran Maestro le ha enseñado. Si profesamos una fe y vivimos según nuestras propias normas o las normas sociales somos falsos ante Cristo porque la integridad del cristiano no está condicionada a modelos humanos de conducta mediatizada por intereses materiales individuales, sino que la integridad verdadera responde a la autorregulación y al control muy asociada con el dominio propio, una característica importantísima del carácter cristiano (2ª P. 1:6; 2ªTi. 1:7)
Integridad es ser incorruptible “practicando lo que predicas o lo que dices que eres”, una apersona íntegra lucha contra la corrupción y está dispuesta a resistir la oportunidad que ella brinda a cada instante en un mundo leudado por el pecado. Un cristiano íntegro es verdadera “Luz del mundo y verdadera sal de la tierra” (Mt. 5:13-14).
Integridad aparece en la Biblia unas 26 veces y el vocablo íntegro 13 veces en la versión Reina Valera de 1960, esto nos indica la importancia de hacer nuestro este término expresado en tantos versículos a fin de que nuestra imagen permanezca sin deformaciones ante un mundo que no cree en la integridad legítima, sino que se goza de conductas volubles, amañadas y cambiantes ante las circunstancias que se le presentan.
Dios considera al íntegro, y mira al justo porque hay un final dichoso para el hombre de paz” (Sal. 37:37). Bienaventurado el que pueda decir como Job: Péseme Dios en balanza de justicia y conocerá mi integridad” (Job 31:6) “El que anda en integridad, y hace justicia…” (Sal. 15:2) morará en su monte santo.
El cristiano íntegro tiene que subordinar sus propios valores, sus sentimientos, sus impulsos y su estado de ánimos a los principios éticos que el cristianismo proclama por medio de la Biblia.
Es una necesidad expresarnos con integridad para que el mundo nos reconozca como cristianos y pueda seguirnos apreciando nuestra recia conducta, los líderes cristianos debemos pensar y actuar aún más con integridad pues muchas veces ponemos en peligro la Iglesia por la carencia de ella y nuestra actuación está alejada de los principios bíblicos y de toda justicia y piedad. (1ª Ti 6:11)
Mi exhortación para todos los cristianos y especialmente para los que ostentan alguna preeminencia o liderazgo en la Iglesia es que anden en novedad de vida como quiere Jesús, que caminen siempre en integridad porque “El que en integridad camina será salvo”, no lo digo yo sino Dios en Prov. 28:18.
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