Una palabra tuya bastara


"Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastara..."

Me encanta esta frase del Evangelio, pues tiene para mi un significado muy especial. Yo nunca fui digna del Señor, y entiendo que todavía no lo soy. Más sin embargo una palabra suya basto, para transformar mi tristeza en felicidad, mi dolencia en sanción y mi vida entera sin propósito, a su servicio.

Aprendamos de la Fe del Centurión que nos dice muchas cosas en este día. Nos habla de amor al prójimo, de amar hasta el extremo sin importarnos religión, raza, color. Nos habla de Fe de creer en ese Padre Nuestro, tuyo y mío. Ese Padre que sólo quiere que sus hijos sean felices y que vivan en La Paz de su amor.

Hoy más que nunca, en estos tiempos en que pareciera que todo lo material es más importante, donde le damos prioridad a nuestra vanidad y ego y no a las carencias reales de nuestros hermanos; ahora que nuestra Iglesia, atraviesa verdaderas crisis, en que muchas veces perdemos la Fe; no nos confundamos. Hoy más que nunca nuestra Fe debe estar puesta en el Señor, en el que es perfecto  y bueno siempre. 

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